La prescripción de una deuda impagada se refiere al plazo legal establecido en el que el acreedor pierde el derecho a reclamar el pago de una deuda debido a que ha transcurrido un período de tiempo sin que se haya realizado ningún acto que interrumpa o renueve el plazo de prescripción.
El plazo de prescripción de una deuda puede variar según la legislación del país o la jurisdicción en la que se encuentre. En general, estos plazos suelen establecerse en años, y pueden variar desde unos pocos años hasta décadas, dependiendo de diversos factores, como el tipo de deuda, la legislación aplicable y las circunstancias específicas.
Es importante tener en cuenta que el inicio del plazo de prescripción puede variar según el país o la legislación. En algunos casos, puede comenzar a contar desde la fecha en que la deuda se volvió exigible -por ejemplo, la fecha de vencimiento del préstamo-. En otros casos, el plazo puede iniciarse desde el último acto de reconocimiento de la deuda o el último pago realizado.
Es fundamental consultar la legislación específica de tu país o buscar asesoramiento legal para determinar el plazo de prescripción aplicable a una deuda impagada en particular. Además, ten en cuenta que los plazos de prescripción pueden ser interrumpidos o reiniciados en ciertas circunstancias, como mediante la notificación formal de la deuda o el inicio de un proceso judicial.